Ingeniero de minas, escritor, investigador, profesor y un amante del arte en todas sus facetas. Esta mañana, el museo que lleva su nombre ha recordado a Félix Cañada Guerrero, fallecido en Madrid el pasado 30 de diciembre a los 98 años y vecino ilustre de Chamberí, distrito al que estaba profundamente vinculado desde que iniciara sus estudios en la Escuela de Minas. Tal y como lo ha definido el concejal de Chamberí, Jaime González Taboada, Cañada era un “gran y generoso humanista, apasionado de la belleza y el arte”.
Esa pasión por el arte le llevó a lo largo de su vida a reunir una importante colección de obras, de las que cerca de un millar constituyen los fondos del Museo Félix Cañada, ubicado en el distrito. Esas obras fueron donadas a la Fundación Gómez Pardo para la creación del museo entre 2009-2011. La colección abarca desde tablas del siglo XI, pasando por la Escuela de Murillo, una selección de pintura flamenca y varios representantes de la pintura española del siglo XIX y XX como Joaquín Agrasot, Maria Blanchard, Francisco Iturrino o Joaquín Sorolla, incluyendo una colección de piezas art nouveau y art decó. Parte de su legado también se expone en su pueblo natal y en el Museo Casa de las Bolas de Aranda de Duero donde pasó su infancia.
Félix Cañada (Cedillo de la Torre, Segovia 1925-Madrid 2023) era doctor ingeniero de Minas por la Escuela de Minas de Madrid, de la que fue profesor, investigador e impulsor de la prospección geoquímica. También cursó estudios en otras facultades y centros de investigación de España y del extranjero. De cultura científico-humanista, fue aficionado a escribir desde niño. Entre sus obras destacan La doctora Gala, Lidia y La gaviota, además de otros relatos. /