El Ayuntamiento de Madrid ha presentado este lunes, 13 de marzo, el Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, llamado Plan A de Madrid (A de aire y porque no hay plan B posible). Tiene por objetivo conseguir una ciudad sostenible, que garantice la salud de la ciudadanía frente al reto de la contaminación atmosférica, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalezca a la ciudad frente a los impactos del cambio climático. El documento se aprobará próximamente en Junta de Gobierno, tras lo que se abrirá el preceptivo periodo de alegaciones.

Las 30 medidas del Plan A se encuadran en cuatro ejes: movilidad sostenible, gestión urbana baja en emisiones, adaptación al cambio climático, y sensibilización ciudadana y colaboración con otras administraciones, y pueden consultarse en:http://bit.ly/2nl2N7R y en   https://diario.madrid.es/aire/

Estas medidas están encaminadas a cumplir la legislación europea y nacional en materia de calidad del aire, reducir en el año 2030 las emisiones GEI en línea con el Acuerdo de París y disminuir en un 50 por ciento las emisiones causadas por la movilidad urbana en 2030 frente a 2012. También, y a través del programa Madrid + Natural, incluye una estrategia de adaptación frente a los efectos del cambio climático.

Movilidad sostenible

Dentro del eje de movilidad sostenible y para combatir la contaminación atmosférica, se plantean diversas medidas encaminadas a reducir la intensidad de tráfico privado motorizado, con actuaciones sobre la red viaria y el espacio público para la promoción de los modos activos de movilidad (peatonal y ciclista) y del transporte público. El Área Central Cero Emisiones, que se implantará en 2018 en el distrito Centro, la reforma de las vías de acceso al centro de la ciudad; la reducción de la velocidad en la M-30 y vías de acceso a 70 kilómetros por hora; la creación de Zonas 30, la ampliación de la red ciclista, la creación de una red de aparcamientos disuasorios o la creación de plataformas reservadas de autobuses son algunas de las actuaciones previstas para esta legislatura.

También hay un segundo bloque de iniciativas basadas en el fomento de la tecnología de bajas emisiones, con el impulso de la movilidad eléctrica y actuaciones sobre las emisiones de flotas estratégicas (autobuses, taxis, flotas de servicios municipales) y distribución urbana de mercancías. La EMT tendrá una flota de bajas emisiones en 2020, se crearán plataformas reservadas de autobuses y se implantará la priorización semafórica. Por su parte, los taxis que se renueven a partir de 2018 deberán estar etiquetados como CERO o ECO.

El plan también contempla medidas sobre vehículos privados motorizados, con incentivos fiscales, restricción gradual de acceso, aparcamiento y circulación a los vehículos más contaminantes.

Las medidas basadas en el fomento de la tecnología de bajas emisiones se aplicarán por coronas de actuación (APR de Centro, zona SER y término municipal) y utilizando herramientas de gestión existentes, como el SER o los distintivos ambientales de la DGT.

El ámbito temporal comprende una primera fase 2018-2020, con incentivos, desarrollo de tecnologías de recarga e impulso de modos de transporte sostenibles; y una segunda fase con medidas de restricción en accesos, aparcamiento y circulación. Las medidas de restricción serán progresivas para que la ciudad y sus habitantes puedan adaptarse al cambio hacia una movilidad sostenible. En 2020, los vehículos sin distintivo ambiental no podrán aparcar en la zona SER (interior de la M-30) y a partir de 2025 se limitará su circulación por el término municipal.

Los distintivos ambientales de la DGT clasifican como no sostenibles aquellos vehículos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados antes del año 2000 y del 2006 en el caso del diésel. Conforme a los datos del parque circulante de la ciudad de Madrid, en 2013 los vehículos sin distintivo correspondían al 28,3 por ciento de los recorridos. Es por tanto previsible que para el periodo 2020-2025 la proporción alcance valores en torno al 20 por ciento.

Gestión urbana baja en emisiones

Para conseguir una gestión urbana baja en emisiones y una mayor eficiencia energética, se impulsará la sustitución de combustibles de calefacción contaminantes y se prohibirá el uso del carbón en 2020, que aunque de forma residual sigue presente en la ciudad. Asimismo, está previsto regular el uso de la biomasa en la ciudad.

También se establecerá una hoja de ruta para el desarrollo de las energías renovables, se revisarán las bonificaciones del impuesto de bienes inmuebles por instalaciones de energía solar, y se explorará y explotará el potencial de la geotermia.

El tratamiento de residuos en el Parque Tecnológico de Valdemingómez también será mejorado para reducir las emisiones, con un incremento de la recuperación de materiales, incluidos los orgánicos, y un mayor rendimiento de la biogás.

El Ayuntamiento actuará, además, en la monitorización y reducción de consumos de las instalaciones municipales, con intervenciones en edificios públicos basadas en un modelo de emisiones cero e instalación de energías renovables.

El tercer eje se centra en las soluciones basadas en la naturaleza, con el desarrollo del programa Madrid + Natural, para incrementar la resilencia urbana frente al cambio climático, con intervenciones en edificios, barrios y la renaturalización del río Manzanares.

Sensibilización ciudadana y colaboración institucional

Las acciones de sensibilización ciudadana recorren de manera transversal las diversas líneas de actuación del Plan A, con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la necesidad de cambiar las pautas de la ciudadanía para lograr una mejor calidad del aire.

Al tiempo, se requiere la colaboración con otras Administraciones, tanto Ayuntamientos vecinos, como la Comunidad de Madrid y el Gobierno del Estado, para hacer las modificaciones legales y adoptar las medidas de incentivo necesarias para promover de forma coordinada y sinérgica el necesario cambio de los hábitos ciudadanos.

Incentivos y ayudas

Entre los incentivos para promover el cambio hacia una movilidad más sostenible, se contempla la reducción en el impuesto de circulación y el acceso libre a los vehículos eléctricos en el Área Central Cero Emisiones, además de la gratuidad del aparcamiento en el SER ya vigente. En la misma línea, la circulación es libre en los episodios de alta contaminación para vehículos eléctricos y ECO. Por otra parte, se bonificará el transporte público durante un tiempo al dar de baja un vehículo sin distintivo de la DGT.

También habrá facilidades horarias y descuentos en la tarjeta comercial e industrial para los vehículos de distribución urbana de mercancías menos contaminantes. En este sentido, el Ayuntamiento considera fundamental la implicación del Estado y la Comunidad de Madrid, ya que el esfuerzo excede al ámbito municipal. Son necesarios además planes renove que olviden definitivamente el diésel y hacer coherentes las políticas nacionales con las locales, en aspectos como la fiscalidad del diésel y los hidrocarburos.

Actuaciones en 2017

Este año, 2017, se llevarán a cabo diferentes medidas del Plan A, como el incremento de las subvenciones para la renovación de taxis hasta 1,5 millones en 2017; la adquisición de 268 nuevos autobuses para la EMT (235 de GNC, 15 eléctricos estándar y 18 minibuses eléctricos) y la implantación de una línea de inducción 100 por cien eléctrica; la renovación de la flota de grúas con grúas de GNC; la creación de 30 kilómetros de itinerarios ciclistas; la finalización de los proyectos de los aparcamientos disuasorios; o 1.000 nuevas bicicletas de mantenimiento para BiciMAD y la compra de otras 468 para su ampliación con más de 20 nuevas estaciones.

Presupuesto

El Plan A cuenta con un presupuesto para el periodo 2017-2020 de 543,9 millones de euros. La partida para actuaciones del parque móvil y la ordenación de sectores clave con alto impacto en la calidad del aire es la más abultada, con 330 millones de euros. Las actuaciones en la red viaria y el espacio público dirigidas a reducir la intensidad del tráfico privado y promover modos de transporte sostenible están dotadas con 154 millones de euros; la gestión urbana baja en emisiones, con 46; la gestión energética en edificios municipales, con 3,2; las estrategias de adaptación al cambio climático, con 7,7; y las iniciativas de sensibilización y educación ambiental, con 3 millones.

Impacto en las emisiones

La implementación de las medidas permitirá una significativa reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno a corto plazo, que se han estimado en aproximadamente el 15 por ciento para 2020, fundamentalmente derivadas del tráfico rodado.

Esta reducción permite prever una situación próxima al cumplimiento de niveles en el conjunto de la estaciones, pero no garantiza con total seguridad de todos y cada uno de los niveles anuales. Por eso, es necesario contemplar otras medidas más ambiciosas y que suponen un cambio estructural (renovación del parque, afianzamiento de la movilidad eléctrica, regeneración urbana, desarrollo de energías renovables) a un plazo temporal mayor, 2030, que permitan garantizar con un amplio margen de seguridad no solo el cumplimiento de la legislación, sino la consecución del resto de objetivos, como llegar a los valores de partículas en suspensión recomendados por la OMS y la reducción de gases de efecto invernadero.

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