Vecino de Lavapiés y exiliado tras la Guerra Civil en Inglaterra donde falleció, Arturo Barea, el inolvidable escritor de la trilogía La forja de un rebelde, vuelve a su barrio, a ese “Avapiés” como él lo denominaba en su obra. Esta mañana la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acompañada por el embajador de Reino Unido en España, Simon John Manley, y el concejal de Centro, Jorge García Castaño, ha descubierto la placa con el nombre del escritor que, desde hoy sábado, da nombre a la plaza, antes conocida popularmente como plaza de Agustín Lara y situada en la confluencia de las calles del Sombrerete y Mesón de Paredes, frente a las Escuelas Pías en las que estudió el escritor.
“Gracias a todos por movilizar al Ayuntamiento para alcanzar lo que hoy tenemos, una plaza, un recuerdo, un homenaje al autor cuya obra conmovió a toda una generación”, ha afirmado la alcaldesa, que ha recordado que “los que nacimos en el franquismo tuvimos que ir encontrando a los científicos, escritores o políticos que se habían ido. Seamos conscientes de la importancia de las palabras, sus palabras escritas y sentidas que nos han ayudado a abrir la imaginación. Arturo –finalizó Carmena– te quedas siempre para nosotros aquí, en Madrid”. Pero desde aquí se le recordará a Arturo en el mundo porque, tal y como ha anunciado la alcaldesa, la mayor feria en español en México ha invitado a la capital porque quiere que Madrid sea protagonista y ahí estará Barea”.
Con la denominación de este espacio se salda una deuda de memoria con el escritor pacense y se da respuesta a una iniciativa popular promovida por sus lectores a través de una plataforma de peticiones online. “La belleza de su obra sobre la ciudad y su gente, y la desgarrada sinceridad de su relato sobre la Guerra Civil en Madrid justifican”, rezaba dicha petición, “recordar y recuperar el espíritu humanista y reconciliador de Barea”. La iniciativa popular fue aprobada por el pleno del distrito de Centro el pasado 30 de noviembre y, desde sus inicios, contó con el respaldo de hispanistas, periodistas y escritores españoles y británicos como William Chislett, Paul Preston, Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo”. Algunos de ellos como Elvira Lindo, el hispanista Ian Gibson y su primer editor en España, José Esteban, han compartido el homenaje con la alcaldesa, los vecinos y una de las promotoras de la idea, Isabel Fernández.
Como explicó García Castaño, “el Ayuntamiento ha acompañado desde el principio a los vecinos en su deseo de dedicar a Barea un espacio público en Lavapiés”, pero siempre procurando no cambiar la denominación de ninguna otra vía. Tras consultar la cartografía del Ayuntamiento de Madrid se comprobó que esta plaza carecía de nomenclatura y se optó por ella. Al tratarse de una nueva asignación y no de una modificación, no supone ningún cambio en la numeración vigente de los viales colindantes y/o anejos.
Nacido en 1897 en Badajoz, Barea se trasladó muy joven a Madrid, a ese Lavapiés que hoy le rinde homenaje. Gracias a un familiar, Barea pudo estudiar en las Escuelas Pías, situadas frente a la plaza a la que desde hoy da nombre, pero la muerte de ese pariente le obligó abandonar los estudios a los 13 años. Combatiente republicano durante la Guerra Civil, se exilió en Inglaterra, donde falleció en 1957.