El desarrollo de una gran ciudad como Madrid a lo largo del último siglo y medio ha tenido siempre un gran aliado: el transporte público. Sin su aparición, desarrollo y expansión no habría sido posible el crecimiento urbano ni el impulso económico de nuestra ciudad, el que los autobuses fueron, son y serán uno de sus principales motores. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) pronto cumplirá 75 años facilitando la movilidad urbana en la capital. Su historia, desde 1947, se muestra en el centro de operaciones de Fuencarral, en su museo.

¿Recuerdas haber ido en tranvía a la Ciudad Universitaria? ¿Sabías que había autobuses de dos pisos?  ¡Antes se entraba por la puerta trasera y había hasta un cobrador! Turistas iban a visitar el Museo del Prado y la Puerta de Alcalá y autóctonos se desplazaban a sus trabajos y quehaceres cotidianos.

Tanto si lo viviste como si no,  el Museo de la EMT, en el distrito de Chamartín, brinda la oportunidad de conocer de cerca un patrimonio histórico en materia de autobuses que arranca desde 1947.  39 vehículos (35 autobuses y cuatro vehículos auxiliares), un conjunto de alrededor de dos centenares de piezas, junto a otros objetos de colección y un fondo documental y fotográfico dan vida al centro de Fuencarral. Tras las obras de remodelación que se están llevando a cabo en el recinto, pronto podrás visitarlo y comprobarlo por tí mismo…

Un recorrido por la historia de la EMT

A finales del siglo XIX aparecieron los tranvías eléctricos en nuestra ciudad, llamados también ‘canarios’ por su color amarillo. A lo largo de la primera mitad del siglo XX se consolidó la primera red de vehículos de transporte público de Madrid. Llegarían en los años 50 los autobuses urbanos Leyland de dos pisos que representaban la modernidad, a la par que los trolebuses con mayor capacidad y tres ejes no articulados transitaban por la plaza de Cibeles camino de Sol.

Pegaso 6035-A articulado 'Oruga'. Museo EMT de Madrid
Pegaso 6035-A articulado ‘Oruga’. Museo EMT Madrid

 

Con el ‘Baby boom’, en los años 60 tomaron las calles los autobuses Pegaso azules que fueron inmortalizados en fotografías y películas de la época. Seguro que los recuerdas. Este modelo marcó un antes y un después en la historia del transporte público madrileño y supuso la concepción moderna del autobús urbano, tal como lo conocemos hoy en día. Más tarde llegaron los autobuses articulados, los ‘orugas’, versión king size de los anteriores.

En las décadas de los 70 y 80, los Pegaso se vistieron de rojo para diferenciarlos de los que tenían cobrador en la puerta trasera, para volver al azul a finales del primer decenio de nuestro siglo, con unos modelos más sostenibles y menos contaminantes… Y así hasta llegar a nuestros días con la actual flota electrificada, o de gas, de autobuses de la EMT.

Las dos joyas de la corona: el Guy Arab y el Leyland

Seguro que recuerdas un vehículo tan emblemático como el Guy Arab, un autobús de dos pisos del año 1947 que exhibe anuncios y reclamos publicitarios en sus laterales, y el Leyland Titan de 1957, dos joyas vintage que transportan a un nostálgico viaje al pasado, al igual que el primer modelo articulado que prestó servicio en Madrid: el Pegaso 6035-A de 1966. El 6050 de 1974 fue presentado como el autobús del futuro, iba ya sin cobrador, y su color rojo lo diferenciaba de los autobuses que aún lo mantenían.

El microbús Pegaso Sava 5720 de 1976 tenía unas características especiales más allá de su color amarillo. Equipado con aire acondicionado, no se podía viajar de pie y el precio del billete era más elevado. ¡Se permitía fumar en la última fila de asientos!

El museo también exhibe vehículos más recientes como el ‘Naviluz’, el autobús navideño de la ilusión, que te transporta, con su techo al descubierto, a una ciudad iluminada en los días más entrañables del año; así como los que se mueven con energías renovables como el hidrógeno y gas natural, de manera sostenible y acorde con los nuevos tiempos. Un ejemplo es el autobús de color violeta que circulaba a pilas. De estos modelos pioneros que recorrieron las calles de Madrid, destaca el ‘Gulliver’, primer minibús eléctrico que transitó por los barrios del centro.

Además de estos ingenios móviles conservados con verdadero cariño y cuidado, se muestra maquinaria antigua, uniformes y otros objetos curiosos del día a día, tales como: paneles, paradas y marquesinas antiguas, maquetas, asientos de tranvías y autobuses, placas, insignias, mobiliario, planos y mapas, y fotografías antiguas. Muchas imágenes como las que guardas en viejos álbumes y que, su falta de color, sus tonos amarillos y sepias y las vestimentas de los personajes despiertan recuerdos de infancia. En este espacio se reúnen también maquetas, algunas procedentes del extinto Museo de la Ciudad, y hasta colecciones de billetes capicúas.

Fotografías de la Colección del Museo EMT de Madrid
Fotografías de la Colección del Museo EMT Madrid

Una nave industrial de los años 60

El germen que dio origen al actual Museo de la EMT se gestó en los años 90, cuando la EMT emprendió una labor exhaustiva de recuperación y conservación de cada modelo de vehículo que se retiraba del servicio con el fin de reunir un conjunto del patrimonio móvil histórico de la compañía. Estos primeros vehículos se unieron a otra colección anterior de modelos antiguos. Algunos de ellos, seis modelos, se encontraban dispersos por la geografía española hasta que recalaron en Madrid.

A partir de entonces, el número de ejemplares y piezas ha ido creciendo hasta completar la colección actual. La conservación ha requerido de una ardua labor de investigación y restauración por parte del Área de Patrimonio Histórico de la EMT con la colaboración de la Asociación de Amigos del Autobús y la EMT. Algunos vehículos y materiales se encontraban muy deteriorados.

Nave principal del Museo de la EMT
Nave principal del Museo de la EMT

 

La colección ocupa 5.000 metros cuadrados de la antigua nave de conjuntos, perteneciente al Taller General del Centro de Operaciones de Fuencarral de la EMT. Se trata de una construcción de 1959, de gran interés por ser uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial del Madrid de los 60, que se encuentra en perfecto estado de uso, ofreciendo un aspecto luminoso gracias a su cubierta translúcida.

En estas instalaciones se realizaban hasta principios de este siglo, las grandes reparaciones de motores, cajas de cambios y otros menesteres de los autobuses. En el año 2006 el espacio quedó libre tras la inauguración del nuevo Centro de Operaciones de Carabanchel.