Médicos Sin Fronteras (MSF) ha inaugurado hoy en CentroCentro “De la acción a la palabra”, una exposición sobre la historia del testimonio en la organización, desde sus orígenes en la guerra de Biafra (Nigeria), pasando por Etiopía, Somalia, Ruanda, Bosnia, Chechenia o Afganistán para acabar en las actuales crisis en Siria, Yemen, el Mediterráneo y los ataques a la misión médica.
La exposición realiza, a través de paneles informativos y soportes multimedia, un recorrido por diferentes momentos en la historia de MSF en los que la organización ha prestado testimonio aun sabiendo que enfrentaba un difícil dilema: callar para poder seguir prestando asistencia médica, o hablar y correr el riesgo de ser expulsada. El público, que podrá visitar la muestra hasta el 17 de septiembre, tendrá la oportunidad de conocer 16 historias y protagonistas que le acercarán a diferentes momentos clave en los que la organización se pronunció públicamente y denunció los abusos de los estaba siendo testigo.
Testimonio y denuncia
“No estamos seguros de que la palabra siempre salve vidas, pero sí sabemos con certeza que el silencio mata”. Con esta frase, el presidente internacional de MSF en 1999, James Orbinski, resumía la esencia del testimonio. Lo hizo durante su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz, una de las ocasiones en las que MSF ha alzado la voz para denunciar los abusos de los que era testigo. MSF aprovechó su discurso en Oslo para denunciar los bombardeos indiscriminados que el Ejército ruso llevaba meses perpetrando contra la población civil en Chechenia y en particular en Grozni.
MSF presencia a diario el sufrimiento de las personas a las que asiste y por eso puede exponer públicamente las responsabilidades de quienes causan estas crisis, de quienes tienen capacidad de influencia en las mismas, o de aquellos que tienen la responsabilidad primera de responder y no lo hacen. Acción médica y testimonio es la doble misión social de una organización creada hace 45 años por médicos y periodistas.
Los hospitales no son un objetivo
En los últimos años, MSF ha recurrido al testimonio para denunciar el recrudecimiento de los ataques al personal médico y a las instalaciones sanitarias en los conflictos armados. “Los bombardeos y agresiones a la misión médica son indicadores de la forma en la que se están conduciendo actualmente las guerras, con una absoluta falta de respeto por las poblaciones civiles atrapadas en zonas de conflicto”, ha afirmado Amaia Esparza, directora de Comunicación de MSF, en la inauguración de la exposición. Solo en 2016, MSF contabilizó 74 ataques a 34 estructuras médicas propias o apoyadas por la organización: 71 agresiones tuvieron lugar en Siria y 3 en Yemen.
Precisamente, este mes se cumple un año de la aprobación por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la Resolución 2286 en la que se condenaba los ataques contra instalaciones médicas, personal y pacientes en zonas en conflicto y reafirmaba la protección y la obligación de ser respetada por todos los estados.
Un año después, el contenido de la resolución sigue siendo, en gran medida, una retórica vacía. Desde que se aprobó, 22 estructuras sanitarias propias o apoyadas por MSF en Siria han sufrido 60 ataques. “Lo cierto es que, por el momento, la comunidad internacional ha fracasado a la hora de proteger a los trabajadores sanitarios”, ha manifestado Carlos Francisco, responsable de operaciones y ex coordinador de MSF para Siria./