En la mañana del día de San Isidro no podían faltar las más arraigadas tradiciones, que los ciudadanos han disfrutado especialmente en la Pradera. También ha habido espacio para iniciativas de nueva generación con espíritu igualmente castizo, como el festival para familias inquietas Pichikids o la llamada a un Madrid más sostenible desde los huertos urbanos.
Pasacalle y cabezudos en la Pradera de San Isidro
Han aparecido varias veces por nuestras calles a lo largo de las fiestas y, hoy, día de San Isidro, se despiden hasta el año que viene: los gigantes y cabezudos han vuelto a deleitar a mayores y pequeños en la Pradera en su 50 cumpleaños.
Los personajes más alegres de las fiestas han ejercido de comparsa del último pasacalle castizo de San Isidro 2017, cuyo recorrido, que se ha iniciado a las 10 horas, ha ido desde General Ricardos hasta el emblemático Paseo de la Ermita del Santo.
Arganzuela acoge la segunda edición de Pichikids
Chotis Fusión, robótica, música y creatividad a raudales para toda la familia. Es lo que viene ofreciendo Pichikids desde las 11 horas en la Nave de Terneras y la explanada multiusos de Madrid Río: un festival para familias inquietas.
Hasta las 19 horas, niños y no tan niños pueden disfrutar de actividades que combinan el espíritu castizo con las siempre originales propuestas de Kideoo Entertainment. El baile madrileño a ritmo de hip hop, momentos didácticos relacionados con la tecnologías y conciertos como el de La Fantástica Banda Plays The Beatles están congregando a un público con ganas de pasar un buen día al aire libre y aprender muchas cosas por el camino.
Huertos urbanos: la fiesta más sostenible
Madrid cuenta con numerosos huertos englobados en el Programa Municipal de Huertos Urbanos Comunitarios. Este año, con idea de evocar la vinculación de San Isidro a la huerta, nueve de ellos han invitado a los ciudadanos a acercarse a conocerlos en sus jornadas de puertas abiertas.
Por ejemplo, el huerto “Las 40 fanegas” de Chamartín no solo ha enseñado sus proyectos para hacer de Madrid una ciudad más inclusiva y sostenible, sino que además ha preparado un apetitoso taller en el que los niños han aprendido a hacer su propia pasta fresca y de colores.