La Casa de Campo contará a partir de hoy, viernes 17 de marzo, con 50 nuevos ejemplares de olmos (Ulmus minor) resistentes a la grafiosis, que la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, con la colaboración de la Escuela de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, ha cedido al Ayuntamiento de Madrid dentro del Programa Nacional de Mejora y Conservación de los Recursos Genéticos de los Olmos Ibéricos.
La directora de Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid, Beatriz García San Gabino, ha asistido esta mañana, junto al subdirector adjunto de Silvicultura y Montes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Fernández, al inicio de la plantación de estos olmos que se está realizando en el Bosque del Molinero, junto al lago de la Casa de Campo y en los alrededores del mismo.
La grafiosis es una enfermedad causada por un hongo, que transporta y propaga un tipo de escarabajo (escolitidos) y que ha provocado la muerte de millones de olmos en Europa y Norteamérica en las últimas décadas, de la que los ejemplares madrileños no se han librado.
En Madrid existen aproximadamente unos 60.000 entre los plantados en calles y parques menores. Además, hay cerca de 13.000 en parques históricos y singulares. A su vez, en la Casa de Campo existen 30.000 olmos entre los adultos existentes y los ejemplares jóvenes, que han nacido y rebrotado recientemente, por lo que se puede garantizar la especie durante los próximos 10 años. El problema es que los rebrotes podrían no llegar a adultos porque la enfermedad, que es implacable, actúa sólo cuando los árboles tienen suficiente grosor.
El Ayuntamiento confía en continuar con este tipo de colaboración con el Ministerio Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para paliar la pérdida de olmos en la ciudad. Además, el Plan Estratégico de Zonas Verdes, Arbolado y Biodiversidad del Ayuntamiento de Madrid, que se está elaborando, contemplará actuaciones en las que se utilizan especies idóneas para cada uno de los ecosistemas urbanos, de modo que, por un lado se asegure la sostenibilidad del arbolado y por otro la viabilidad de la biodiversidad asociada al mismo./